En el Día Internacional de la Concientización sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos, un tercio de lo que producimos, 1.300 millones de toneladas se desperdicia, en un mundo con más de 700 millones de personas con hambre. Y una pérdida económica de 940.000 millones de dólares.
¿Qué son la pérdida y el desperdicio de alimentos?:
La pérdida de alimentos se refiere a la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos que se producen, cosechan, almacenan, transportan o procesan antes de llegar al consumidor final. El desperdicio de alimentos se refiere a los alimentos aptos para el consumo humano que se descartan o no se utilizan por los consumidores o los servicios alimentarios.
¿Qué impacto tienen la pérdida y el desperdicio de alimentos?

Se estima que se pierde o desperdicia un tercio de los alimentos producidos en el mundo cada año, lo que equivale a unos 1.300 millones de toneladas.
Se estima que se pierde o desperdicia un tercio de los alimentos producidos en el mundo cada año, lo que equivale a unos 1.300 millones de toneladas. Esto implica una pérdida económica de unos 940.000 millones de dólares, una emisión de 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y un uso ineficiente de recursos naturales como el agua, la tierra y la energía. Además, la PDA agrava el problema del hambre y la malnutrición, que afecta a unos 735 millones de personas en el mundo.
¿Qué se puede hacer para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propone reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro para 2030. Para lograrlo, se requiere la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados en los sistemas agroalimentarios, desde los productores hasta los consumidores. Algunas acciones posibles son:
- Mejorar las prácticas agrícolas, las infraestructuras, las tecnologías y los mercados para prevenir o minimizar las pérdidas de alimentos en las etapas previas al consumo.
- Promover una gestión eficiente y responsable de los alimentos en los servicios alimentarios, el comercio minorista y los hogares, evitando comprar o cocinar más de lo necesario, almacenando adecuadamente los alimentos, aprovechando los excedentes o donándolos a quienes los necesiten.
- Fomentar una cultura de valoración y respeto por los alimentos, educando y concienciando a la población sobre el impacto social, ambiental y económico de la PDA y sobre las formas de reducirla.
- Apoyar las políticas, las normativas, las iniciativas y las alianzas que faciliten la reducción de la PDA a nivel local, nacional e internacional, siguiendo las recomendaciones y las directrices de organismos como la FAO, el PNUMA o la COPAL.
Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es un desafío global que requiere la participación activa y coordinada de todos los sectores y actores sociales. Al evitar el desperdicio innecesario de recursos y alimentos, contribuimos a mejorar la seguridad alimentaria, la salud humana, el clima y el medio ambiente, así como a avanzar hacia el desarrollo sostenible.