En el mes de la donación de órganos Argentina figura entre los países que aún en Pandemia continúo con el complejo protocolo que requiere un trasplante. Solo durante la cumbre del G20 se impidió que un trasplante de riñón se realice, por medidas de seguridad, y en ésta segunda ola, se pudo lograr. Participan cerca de 200 personas en cada proceso que no superan las 30 horas. Hay cerca de 20 donante por millón de habitantes, lejos de países con más conciencia social. ¿Se puede recuperar la solidaridad? ¿De qué depende?
CAPICUA
“Con Justina jugábamos a ver quién encontraba más patentes capicúas. Era lo que más le divertía. Su habitación, mientras esperábamos el trasplante fue capicúa. El día que se votó la Ley Justina fueron 202 los diputados que votaron a favor el 27 de julio del 2018. Al mes siguiente, en agosto, fue record de donantes, 88, y 212 trasplantes; record histórico.. Las “Casas Justina” van a medir 606 m2. Los capicúas tienen muchas historias en la vida de Justina” Ezequiel Lo Cane, padre de Justina Lo Cane, la niña de 12 años que esperó en vano, en 2017, la llegada de un corazón nuevo que nunca llegó pero que su solidaridad fue la punta de lanza para resignificar la muerte. Con tan poquitos años supo que dependemos de otros para vivir y que aún en la muerte podemos ser empáticos y pensar en varias vidas. Exactamente en siete y tal vez nueve. Cada persona al momento de morir, en Terapia Intensiva, puede donar siete de sus órganos; riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino son los órganos. Y también tejidos como córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas. Los especialitas en voz baja dicen, “si queres seguir viviendo después de la muerte, la donación es el camino.”
Justina Lo Cane con inmensa empatía les pidió a sus padres que hagan todo lo posible para ayudar a todos los que puedan para que no pasen lo que ella vivió. Lo hicieron; en menos de nueve meses se promulgó la Ley Justina que establece que todos los mayores de 18 años son donantes de órganos y tejidos, a menos que dejen constancia expresa de lo contrario.
En este sentido la Doctora Gabriela Hidalgo, titular del INCUCAI lo subraya y asegura que la Pandemia les enseñó bastante en cuanto a logística con tal de realizar los procesos de donación, “En Argentina nunca se dejaron de realizar los procesos de donación y trasplante en Pandemia. Muchos países tuvieron que ceder ante la pandemia, como sucedió en España, emblema para los sanitaristas, porque las terapias estaban llenas. La pandemia nos enseñó mucho de logística, de colaboración con distintas regiones. La verdad que tenemos las herramientas para trasladar un órgano, sea por tierra o por aviones sanitarios.” El ejemplo más emblemático de trasplante en ésta segunda ola mucho más iracunda que la del año pasado fue el caso de Eduardo Salice que no pudo recibir el riñón durante la Cumbre del G20, por estricticas medidas de seguridad; el avión de Aerolíneas Argentinas no salió con su riñón que hacía años esperaba y dos años y medio más tarde, lo recibió por parte de Natalia, su mujer, en abril de este año. Fue operado en Mendoza.
#MULTIPLICATEX7
Todos los expertos consultados sobre donación de órganos marcan un antes y un después a partir de la “Ley Justina” y así lo confirma la titular del INCUCAI, Hidalgo “La ley Justina vino a modificar un montón de cosas que se hacían y no estaban escritas. Por ejemplo, los derechos de donantes y receptores, la confidencialidad, el trasplante cruzado. En esta ley se incluyó trasplante de órganos y tejidos que no estaban antes incluidas las células. En esta ley se incluyeron las células también. Esta ley nos cambió para bien, fue impulsada por el papá de Justina”
#Multiplicatex7 fue la campaña que dio origen y vida a la Ley Justina y que generó un cambio radical en el sistema sanitario. A casi cuatro años de su promulgación, Lo Cane padre la describe “La ley para mí es como ver nacer un hijo. Son muchas emociones juntas. Desde que se aprobó genera vida. Algunos trasplantados tienen dos fechas de cumpleaños, porque dicen que tienen dos vidas.” Así lo siente, vibra y replica Hernán Sachero, Nadador trasplantado y periodista deportivo, “Cuando se aprobó la ley fue como si nos salvara la vida a todos los trasplantados que están en lista de espera”
Si bien la ley cambió el método de donación aún estamos lejos de otros países que nos duplican por millón de habitantes como es el caso de España que son cerca de 48 donantes por millón y en argentina apenas llegamos a los 20 donantes por millón. La lista de espera en el país es de hay 6960 personas esperando un órgano y 2400 tejidos, pero cuando nos acercamos a los donantes infantiles el cuadro es muy complejo. Gerardo Hollmann, papá de Mara Hollmann, luego de vivir el milagro de su hija Mara de 4 años trasplantada hace casi dos años y poder bailar “Rafaga de amor” a su lado, así lo narra, “Pero, muy complejo, un niño que espera un corazón como Mara es un milagro que suceda. Si hay pocos donantes, imaginate para un niño, por suerte son pocos los niños que fallecen. Aún no se mucho sobre el donante, algo por encima. Por eso hicimos una fiesta cuando regresamos a casa luego de esperar un año y medio que todo esté bien.” asegura Hollmann, al volver con Mara y su mujer a su Paraná natal luego de vivir un año y medio en capital federal a pocas cuadras del Hospital Italiano tal como lo exige el protocolo del trasplantado y a la vez la Pandemia lo sorprende por ver que no se valora la vida, “Sin la salud no tenes nada”

¿Se puede recuperar la solidaridad?
“La solidaridad entre los hombres solo es posible cuando estos tienen virtud y sabiduría para conducirse en la vida. La solidaridad no se puede recuperar por medio de una campaña de promoción ni por medio de una ideología.” Así lo asegura Gastón Soublette filósofo, escritor y musicólogo chileno que postulan al Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en Chile para este 2021 a los 94 pirulos.
La Solidaridad es más que dar, es habitar en la virtud de conducir la vida misma. En homenaje al mes del trasplante. A Justina por habitar la virtud y dejar la siembra y a Mara por bailar la vida. Si aún no lo hiciste, multiplicate para seguir viviendo en otras vidas.
Por Sara Di Tomaso